Hace cuatro años, en un momento memorable para la historia de Colombia se firmaban los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC, la más antigua de Latinoamérica. 

Un punto de inflexión para empezar un nuevo capítulo después de más de cincuenta años de conflicto armado. Sin embargo, la firma de un documento es solo la fotografía instantánea de un proceso que debe seguir después: el cumplimiento de dichos acuerdos. 

Hoy, con el informe presentado por la Misión de Verificación de Naciones Unidas se hace necesario hacer público, eco y seguimiento a los hallazgos de este reporte porque pareciera que la paz nos está costando la vida.

Desde ese noviembre del 2016 han sido asesinados 248 excombatientes, hombres y mujeres que de forma valiente decidieron apostarle a este nuevo camino, y más de 1091* líderes sociales defensores de la vida en todas sus formas. Y es que es casi como si en un mismo año desaparecieran cada día una persona que creyó en la paz. 

Así la principal amenaza a la implementación del Acuerdo es la violencia contra los excombatientes, gran parte de ellos vinculados a programas de reinserción, trabajo social o proyectos productivos rurales y cuya desaparición no tiene un autor claro y queda atribuida a disidentes de las FARC, paramilitares o narcotraficantes, gatillos sin nombre pero con la clara intención de perpetuar la guerra. 

Es por esto que la seguridad de los excombatientes y líderes sociales debe ser nuestra prioridad como sociedad, como colombianos que queremos y le apostamos a la construcción de una cultura de paz. Apoyamos el llamado de la  Misión de Verificación de la ONU en Colombia, motivamos a la ciudadanía para que juntos seamos garantes para la no repetición y que protejamos la vida de quienes eligieron la paz. 

También pedimos al Gobierno más agilidad en la implementación del fondo de tierras y que promueva la pluralidad política y espacio para la oposición para que nunca se vuelva a mezclar la política con las armas y les solicitamos celeridad en la dotación presupuestal para la Unidad Nacional de Protección (UNP) y respuesta efectiva a las solicitudes de protección a la misma; cumplir con las medidas para asegurar la sostenibilidad del proceso de reincorporación y dar garantìas a los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en los ETCR, Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación;  fortalecer los PDET, Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial,  el Programa de Seguridad y Protección para las Comunidades y Organizaciones en los Territorios y el Programa Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS). 

Por esas 13.000 personas que ya no quieren ser autoras de la guerra, por las nuevas generaciones que merecen un país donde no se escriban amenazas en las paredes de los pueblos, donde no se desaparezcan a los padres y madres de niños pequeños, donde la defensa de la vida no sea un llamado a la muerte.

Por esa Colombia es que trabajamos hace 15 años en la Fundación Mi Sangre. Cruzamos todas las regiones y paisajes, y de la mano de niños, niñas y jóvenes construimos una nueva realidad en la que ellos son los líderes del cambio. Prevenimos violencias desde las raíces más profundas para no quedarnos solo en los síntomas y así fortalecemos las habilidades para la vida no solo de las nuevas generaciones sino de sus familias, docentes y de todas las personas que inciden en su camino. 

Trabajamos incansablemente para promover la participación política juvenil y que con ello  ningún joven tome las armas para hacerse escuchar, y para que hoy, aquellos que decidieron dejar las armas, tengan la garantía de la vida.

Que nuestra acción los abrace y que nuestras firmas demuestren el poder colectivo que somos como país. Invitamos entonces a levantar la voz por todas las vidas que se siguen apagando en nombre de una guerra, excombatientes y soldados, civiles y policías, colombianos todos y unirnos en esta petición para asegurar la protección y seguridad de quienes firmaron el Acuerdo, las comunidades más afectadas por el conflicto armado, los líderes sociales y los defensores de derechos humanos.

Firma la petición al Gobierno Nacional

Contacto para periodistas:

Nataly Erazo Ospina 
Líder de comunicaciones
3002133561
[email protected]

*Cifras entregadas por Indepaz a diciembre de 2020. www.indepaz.org.co

Segunda cohorte de Fellows 2021

Potenciando las capacidades de líderes sociales de alto impacto

Cada vez reafirmamos que los y las jóvenes no son el futuro sino el presente. Recibimos mas de 500 postulaciones que demostraron el poder transformador de las nuevas generaciones y estos son los y las 50 fellows que harán parte de esta segunda cohorte en la que trabajaremos de la mano para prevenir la violencia contra la mujer en nuestro país:

Si eres un(a) joven líder interesado(a) en la prevención de la violencias basadas en género, si crees en la incidencia política y la movilización social, si promueves la equidad, la reconciliación y el respeto a la diferencia, si crees en la libertad, la ciudadanía y la responsabilidad compartida, si quieres escalar y aumentar tu impacto, y además experimentar con prácticas innovadoras: esta convocatoria es para ti

En la Fundación Mi Sangre buscamos 50 jóvenes líderes excepcionales, de diferentes municipios de Colombia, que tengan entre 18 y 28 años y que estén trabajando activamente en causas relacionadas con la prevención de violencias basadas en género para invitarles a ser parte de la segunda cohorte de Fellows Fundación Mi Sangre.  (Información sobre la primera cohorte aquí)

Sobre el Fellowship 2021 y su temática

Este programa, es una experiencia intensa de un año en la que líderes juveniles fortalecen su capacidad transformadora y se conectan con otros líderes en una red de cuidado mutuo, aprendizaje y co-creación para amplificar sus voces y fortalecer su impacto en la construcción de una cultura de paz en Colombia. Este año el tema del fellowship es la prevención de las violencias de género, que se expresan tanto en los ámbitos privados como en los ámbitos públicos. 

El programa tiene un énfasis especial en la movilización social y la incidencia política. La movilización, entendida por la organización como un medio, no un fin, es una estrategia para contribuir a la transformación social, con un eje diferenciador: reconocer distintas voces, empoderar a las personas y hacerlas responsables de su presente y por consiguiente de su futuro. La incidencia política, comprendida también como una estrategia para fortalecer y aumentar el poder de acción de los y las jóvenes, y la participación ciudadana promoviendo causas a través de un grupo de acciones sostenidas en el tiempo que influencian y generan discusión y visibilidad pública y, en el mejor de los casos, generen cambios estructurales como cambio o creación de legislación y políticas públicas. 

Los últimos años han estado marcados por las movilizaciones masivas en América Latina, particularmente las organizadas por mujeres que se han tomado el espacio público y las calles como el lugar de reivindicación y exigencia de sus derechos. Sin embargo, las estructuras sociales, políticas y económicas de nuestro sistema ponen sistemáticamente en riesgo la protección de los derechos de las mujeres. Los estereotipos y roles de género presentes en los hogares y en la sociedad colombiana perpetúan diversas desigualdades para las mujeres y  limitan su acceso a educación, empleo, independencia económica y participación política, restringiendo su participación y liderazgo a espacios privados. El estereotipo que define a la mujer como la cuidadora natural la somete a la división sexual del trabajo, y como consecuencia, a una precarización y feminización de la pobreza que las obliga a estar atrapadas en círculos de precarización y de violencia. 

La pandemia evidencia la necesidad de poner en el centro, de las formaciones, fortalecimientos y acompañamiento, a las mujeres. Son ellas las que se han visto y se verán más afectadas por esta reciente crisis, y las amenazas a los liderazgos sociales y políticos que se venían consolidando en los últimos años se ponen en riesgo de desaparecer o de verse amenazados en su existencia. 

Esto abarca la necesidad que tienen las mujeres de formarse y sensibilizarse para alcanzar la autonomía que necesitan y así salir de los círculos de violencia, pero también para que la sociedad civil y las personas que ocupan posiciones de poder visibilicen y posicionen sus problemáticas y necesidades en la agenda pública.

¿Qué puedes esperar del programa?

Los Fellows vivirán un proceso de formación en donde se conectarán profundamente con ellos mismos, con otros jóvenes, y con los retos y oportunidades para entender y contribuir a la equidad de género y la prevención de las violencias basadas en el género. En estos encuentros, adquirirán habilidades y conocimientos para construir y liderar agendas de incidencia y movilización, y diseñarán iniciativas en la que despliegan sus nuevas redes y aprendizajes. Para desarrollarlas recibirán cofinanciación de hasta $2.000.000 (dos millones de pesos colombianos). 

El programa está diseñado en módulos formativos. Algunos de los temas del programa son: derechos humanos y equidad de género, enfoque sistémico, liderazgo consciente, herramientas para la movilización e incidencia, comunicación para el desarrollo, formulación de iniciativas de transformación social, entre otros. Adicionalmente, habrá webinars formativos periódicos en donde se entregarán herramientas o lineamientos específicos para el fortalecimiento del liderazgo y la iniciativa de cada participante.

Durante el programa cada Fellow diseñará una iniciativa para el cambio sistémico con miras a prevenir las violencias de género en su territorio. Para ello, se ofrecerá, además del apoyo económico, un acompañamiento técnico permanente por parte de un equipo capacitado de la Fundación Mi Sangre y mentorías especializadas con expertos en los temas propios de los y las participantes del programa para fortalecer las iniciativas que se desarrollarán en el marco del fellowship.

Una vez finalizado el año, los fellows podrán unirse a la comunidad de aprendizaje de La Red Nacional de Jóvenes Constructores de Paz para seguir fortaleciendo sus liderazgos y creando sinergias con otros. La Red es una plataforma que desde hace 6 años ha conectado cerca de 1.000 jóvenes líderes destacados, fortaleciendo sus habilidades y conocimientos para la reconciliación, el cambio de narrativas y la transformación social. Esta comunidad es una articulación donde jóvenes líderes tejen alianzas, ejercen su ciudadanía y emprenden iniciativas de transformación en sus territorios.

¿Qué espera la Fundación Mi Sangre de ti?
Ser un fellow de la Fundación Mi Sangre es un reconocimiento a tu liderazgo y capacidad para ser un constructor de paz. Es algo que llevarás contigo toda la vida, que te traerá un crecimiento exponencial y un relacionamiento con ecosistemas vivos de alto impacto social. El fellowship es una oportunidad única que implica responsabilidades y disposición de tiempo. Por esto, es importante que reflexiones sobre tu situación actual y evalúes si es el momento oportuno para apostarle a esto. Esta lista de chequeo te ayudará a tomar la mejor decisión:

  • Eres un líder juvenil con trayectoria y con intención de crecer, conectarte con otros para cambiar narrativas, posicionar los temas que te ocupan y  generar más impactos. 
  • Durante el 2021 puedes dedicar alrededor de 20 horas mensuales al Programa Fellowship y a la implementación de tu iniciativa. 
  • Puedes comprometerte a asistir a todos los encuentros formativos virtuales que se llevarán a cabo.  El cronograma detallado de actividades será enviado a los y las finalistas.  
  • Crees en la incidencia y la movilización como herramientas de transformación social. 
  • Tu trabajo podría contribuir a la prevención de las violencias basadas en género. 
  • Tienes entre 18 y 28 años y estás radicado en Colombia. 
  • Tienes acceso a conectividad permanente.

Si una vez revisada esta lista, ves que se trata de la oportunidad que has estado buscando, te invitamos a diligenciar el siguiente formulario

Fechas a tener en cuenta:

  • Apertura convocatoria: viernes 15 de enero de 2021. 
  • Cierre de la convocatoria: viernes 5 de febrero de 2021.
  • Publicación de ganadores: viernes 26 de febrero de 2021.

Nota: El cupo máximo de participantes es de 50 personas, seleccionadas por un jurado de expertos. Las campañas, acciones o iniciativas que se realicen dentro del proyecto no pueden estar a favor de ningún candidato o partido político. No se podrá promover el odio, el racismo, ni la violencia en ninguna de sus manifestaciones.

Conoce cómo ser parte de una red global de constructores de paz.

"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo"

Eduardo Galeano